El pecho le sangraba a borbotones desde el encuentro con esa maldita Tracker y no podía seguir así. La mano no cortaba la suficiente. Ninguna de esas heridas era lo suficientemente profunda como para morir pero la suma de ellas le estaba haciendo perder mucha sangre y temía que esa perdida sí que lo pudiese provocar. Así que llegó como pudo hasta el hospital. Se teletransportó a la altura de una ventana y de ahí entró al edificio. Caminó por dentro sin encender la luz para que no le vieran y comenzó a abrir cajones buscándo unas vendas lo más silenciosamente posible. Pero una falta de fuezas hizo que su hombro chocase contra un armario y cayesen varias cosas de él.
"Mierda..."
Maldijo su mala suerte al principio cerrándo los ojos, pero al abrilos sonrió riendo ligeramente al ver que la suerte parecía sonreirle por una vez en toda la maldita semana. Vio unas pocas vendas en el suelo. Se resbaló hasta caer al suelo quedándose sentado en él y cogió un par de rollos de vendas con una mano. Esuchó un ruido que provenía de la puerta y levantó la vista algo asustado esperándo a ver quien entraría por ella